miércoles, 3 de noviembre de 2010

MEGAOFRENDA DE LA CIUDAD DE MEXICO

El fin de semana correspondiente al Puente de Muertos, el gobierno de la Ciudad de México montó una Mega Ofrenda en el Zócalo. Para ello se utilizó la myor parte de la plancha central y se expusieron distintos aspectos de este importante tradición. A continuación se presentan distintos aspectos y perspectivas de la misma:

Entrada a la Megaofrenda:

Detalles sobre la elaboración de pan de muerto. Reproducción:





Ofrenda central con motivo del bicentenario: altares de los héroes de la Independencia y la Revolución Mexicana. Montaje central con motivos y costumbres populares. Calaveras tradicionales en papel maché:








La parte central de la exposición fueron las ofrendas. Expuestas en la parte de la plancha las ofrendas fueron numerosas, floridas, vistosas y muy diversas. Varios estados de la república se presentaron: Oaxaca, Puebla, Tabasco, Yucatán, Verazcruz, Michoacán, Estado de México, Guerrero, Morelos, etc. Pero también expusieron dependencias e institutos oficiales y autores de manera individual. He aquí algunas de las ofrendas:














El cuerpo de bomberos de la Ciudad, así como la Secretaría de Seguridad Pública, también participaron con sus ofrendas:



Otras ofrendas no sólo hablaron de tradiciones y costumbres (sobre todo en los Estados), sino que mostraron el ingenio y creatividad de sus autores:




















Se destacaron también las embajadas de Egipto y de Bolivia con sus propios altares:




Hubo eventos y sitios especiales (autobuses y un vagon del metro):



La pieza más llamativa de toda la mega ofrenda resultó este montaje gigantesco (más de 20 m. de altura), llamado "Arbol de la muerte florida", que presentó la dualidad entre la vida y la muerte, tomando como referencia los famosos "árboles de la vida", que habitualmente se hacen de cerámica y que se componen de muchos objetos y seres de la cotidianidad:





Finalmente, el Tzompantli. En la Plaza Mayor del antiguo Tenochtitlán había un espacio único, dónde se exponían los craneos de los guerreros enemigos capturados. Eran un trofeo y una ofrenda a la vez, producto de la guerra florida (guerra destinada a la captura de guerreros para el sacrificio).
En la Megaofrenda, el tzompantli fue revivido en varios altares, pero especialmente en un macroespacio que además incluía una repriducción de Huitzilopochtli, el dios colibrí y guardián de la guerra. Aquí se prenta una panorámica:



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